La tranquilidad de la noche [Libre]

Era la primera semana en Hogwarts y aun no tenía deberes atrasados o castigos acumulados por el momento así que tenía gran libertad para andar por el castillo este fin de semana sin ningún estrés, pero al parecer la mayoría de alumnos estaban igual que yo ya que por donde iba me encontraba alumnos de cualquier grado y era algo irritable ese hecho pues estaba acostumbrada a pasearme por lugares menos concurridos pero no podía hacer nada por el momento, así que cansada de caminar por los pasillos y hasta dar a los terrenos del castillo regrese por mis pasos hasta dirigirme al sexto piso donde no había tanta gente. Al llegar pude ver a unos cuantos alumnos de 1 año de Gryffindor que me miraban con gran interés o hasta con temor ya que los de 1 y 2 año eran simplemente niños que temían que cualquiera de Slytherin los petrificara al instante, lo cual era ridículo para mí pues yo no gastaba mi magia en algo tan tonto pero claro si yo sabía que eran hijo de muggles siempre podía hacer una excepción, pero ninguno de esos niños se me hizo conocido así que seguí con mi camino

En ese pasillo también me encontré con una que otra compañera de clase que saludaba tranquilamente, algunos chicos que me deseaban desesperadamente los ignoraba triunfalmente y había personas que ni me daba cuenta que estaban ahí. Al topar con pared tome la decisión de dar vuelta a mi izquierda para encontrarme con algunas puertas las cuales te llevaban a diferentes lugares ya que eran un tipo de pasadizos, pero yo lo único que quería era un lugar tranquilo donde bien me pudiera relajar sin preocuparme de lo que me rodeaba. A mí mente se vinieron millones de lugares por el castillo los cuales de seguro estaban ocupados pero había una habitación donde no muchos se atrevían a entrar y esa era la aula abandonada del piso sexto, por alguna razón estaba prohibido entrar ahí pero eso poco me importo cuando llegue a la puerta la abrí sin temor y entre a la aula

El aula estaba completamente sola como era lógico y sumamente sucia había polvo por todos lados, telarañas, bancas rotas, escritorios pero lo que más me gusto fueron las ventanas enormes que daban hacia el bosque prohibido y una parte del lago negro se veía espectacular que todo mi mal humor había desaparecido con esa hermosa vista. Camine hasta uno de los escritores que había aun lado de la ventana, saque mi varita y apunte el escritorio pronuncie un simple hechizo y todo ese polvo desapareció dejándome un escritorio limpio; me subí al escritorio para contemplar el atardecer que me anunciaba el final de otro día, era tan relajante ahí que sin pensarlo termine acostada en el escritorio y me quede un poco dormida

Me fui despertando poco a poco al oír unos pasos abrí lentamente mis ojos pero al escuchar como alguien tropezaba con una de las bancas haciendo un poco de ruido me incorpore rápido para mirar fríamente a la persona que había hecho semejante ruido. Pero como la noche ya había caído en el castillo se me hacía muy difícil identificar a la persona que había entrado al salón solo podía ver una silueta gracias a la poca luz que me brindaba la luna, así que sin esperar más formule una pequeña pregunta a esa persona que ahora estaba conmigo en el salón
- ¿Quién eres? Y ¿Qué demonios haces aquí? – pregunte firmemente mientras esperaba su respuesta empecé acomodarme un poco mi cabello ondulado que se había arruinado por quedarme ahí dormida en el escritorio